sábado, 7 de octubre de 2017

Vestirse de VERDAD, nunca genera corrobla


La excedencia y la escasez son polos de un movimiento pendular.
Guerra y paz es la bipolaridad cainita del hombre.
No somos buenos por naturaleza, es la inculcada moral la que nos ancla al bien.
Suele sucumbir la turba a la soflama del odio.
Enraiza la zafiedad en el estiércol del analfabeto.
Chusma sin decoro, sin clase, sin brío.
Que amparados en el número, quieren nublar el brillo del soberbio.
Nada teme el abanderado de la luz, de la verdad que condena al mediocre.
Nada teme el sublime, el que con tesón coronó la cumbre de nieves perpetuas.
¿Dime lo solo que estás? Y te diré cuanta razón tienes.
Vestirse de verdad, nunca genera corrobla.

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