domingo, 6 de mayo de 2018

Solos


Son débiles las señales de vida inteligente.
Vivimos rodeados de desolador silencio.
Vivimos rodeados de ruido sin profundidad.
Alaridos de metralla.
Solos en el universo, solos en la corta distancia, solos al lado del próximo.
Distancias letales.
Cortas distancias con el muy corto.

Axfisia


Quisiera axfisiar bajo una lluvia de pétalos, a mi enemigo.
Quiero aniquilar al zafio con una selva de belleza.
Aromas pertinaces de suavidad y limpieza.
Gloria que ensombrece al averno.
Con mi dulce ira derretiré el hielo del infierno.
Palabras de miel que calman las llagas que provoca la lengua del improperio.
Calma entre batallas, batallas que conducen a la calma.
Sólo sé vivir sin necesitar.
Sólo sé sobrevivir sin necesitar.

María Luisa Álvarez de Sotomayor


Ella es baluarte.
Ella es bastión.
Recinto improfanable.
Por ella mataría yo.
No hay abismos de su mano.
Todo es seguro a su vera.
No existiría mi vida si ella un día no me la diera.
Sólo de ella puede tener celos mi Dios.

sábado, 5 de mayo de 2018

La seguridad


"La seguridad es la madre de una red de mentiras que nos anclan a una estereotipada felicidad que no nos hace nada felices."
Irsia Carolain Sprimbol

jueves, 3 de mayo de 2018

Las antiguas


Era su falta de destrezas su rasgo más distintivo. Su universo estaba construido sobre la dictadura de la marginalidad. Eran sórdidas vírgenes de altar marginal. Santos que ningún milagro obran salvo el de lucir entre sombras en la penumbra de la nave lateral.
No hay nada más antiguo que el primitivismo, que la tristeza de los que con trapos rojos, tapan miserias, primates sin nimbar que basan su brillo en el borrón y cuenta nueva, que exigen a la sociedad que aborrecen, pero en la que ansían integrarse.
Nadie vence en el valle de las corroblas, en la casa del puente, donde la humedad es perenne. Casa de sillares de acarreo, piedras del convento de la luz, que hoy cierran a los fríos vientos, la casa de un zahino aparcero.
La antigua de la mano muerta, es la que más inquina alberga, la más dolida por el rechazo rancio, que nace en su propia casa, que nace como las recias barbas de su madre, salvajes y bravas. Es el feísmo, el cuartel siniestro de la minúscula y húmeda casa.
Todos los días del año son fatídicos, para el solar de las antiguas, seres racios que ni saben perdonar, ni olvidan. Seres de olores penetrantes, de sombras mayestáticas, de sonrisas almenadas, por la guerra del rechazo y el hambre.
Torre albarrana del odio, torre de los orines de regatera, torre de hiel y risas histéricas, de pupilas que se pierden en el enredo que es vivir parasitando un sistema que ampara y margina.


miércoles, 2 de mayo de 2018

La densidad de la verdad


La verdad es densa por desnuda, es densa por clara, es densa porque ciega, densa porque desborda la hipocresía social. La verdad tiene la densidad de lo crudo, de lo que está sin acicalar, como en "La calumnia de Apeles" de Botticelli.

La verdad


La verdad es abrupta.
La verdad es muy densa.
La verdad es de plomo, aunque nos permite volar.
La verdad ametralla al pusilánime.
La verdad genera certezas.
La verdad aisla.
La verdad libera.
La verdad condena.
La verdad no sacia y nos incita a buscar más verdad.

martes, 1 de mayo de 2018

Sombras


Llena de dudas la noche,
a la nivea confianza,
blancos que en la oscuridad devienen negros.
Nubes de cuervos,
que con su aleteo nos hacen temer,
desconfiar.

lunes, 30 de abril de 2018

Cumbres sin deshielo


El peso de las coronas hiere las frentes altivas.
La altivez nos convierte en diana de la vulgar envidia.
El fulgor conlleva dolor, conlleva condena.
Pena el regio con la pena maldita que jamás comprenderá el necio.
Cumbres de soledad, cumbres sin deshielo.

domingo, 29 de abril de 2018

Perder sin dolor la guerra


Nacemos con la última guerra perdida.
Nacemos con efímera fortuna.
Príncipes de la hojarasca, de las caducas flores.
Primaveras que fugaces se evaporan.
Somos suaves, somos bellos, ojos vírgenes que buscan tormentas.
Quien pudiera retener para siempre el sabor de los placeres primeros.
Retener el ímpetu de las velas blancas, que nos hacer galopar veloces, por los mares de dulce sal.
Candidez que se apaga apagando mil candelas.
Incendios de ámbar, de coral y amapolas.
Nacemos con muchas batallas perdidas, que no preparan para perder sin dolor la guerra.

Crisol Pascasio


Hace ya mucho tiempo que los días felices quedaron atrás, aquellos días de penurias, pero de afectos limpios y plenos, días en los que los disfrutes cercanos, hacían del hambre un mal menor.
Las Pascasias, eran una piña, no hacía falta prender la lumbre en el hogar de la cocina, ellas y su bullicio eran puro calor. Tiempos en los que la jauría salía por las mañanas a rapiñar leña, a recoger verdolagas de la callejas, caracoles de las tapias, y si era menester desenterrar un cochino muerto días atrás, todo lo que fuera preciso se hacía, para así poder comer. Tiempos de juegos y estómagos vacíos, tiempos en los que Crisol, vendía las suelas de los zapatos de los muertos, para comprar aceite con la que poder guisar, aceites usadas en las que freia primero cáscaras de limón, de limones robados, con los que borrar los frites asentados de otras casas.
Los dramas se escriben con letras mayúsculas, pero en los dramas en minúsculas escribe bellísimas historias el amor.

Los abrazos malditos


Príncipes desterrados, sin reino, ni tierras.
Desheredados que en los abrazos malditos buscan el cielo.
Zarzales de desasosiego, hiedra que abraza las paredes del descuido.
Carnes de furia, de sórdido desconsuelo, carnes de almíbar que lloran hiel.
Príncipes sin reino, sin reina, sin corte.
En las calles traseras se duelen.
En las calles traseras libran sus duelo.
En las plazas oscuras, bajo las araucarias, lloran su maldito deseo.

viernes, 27 de abril de 2018

El fervor de la torpeza


Escribo pareados en las horas impares.
Ato cabos en los días sin brisa.
Regalo sonrisas a las puertas cerradas.
Despido tristezas en los amaneceres con niebla.
Compases agrios de vientos cálidos.
Sones de miel de calma fría.

jueves, 19 de abril de 2018

Eidética


Bañado de esencias.
Con el rocío de la persistencia.
Con la memoria intacta.
Con las muescas del recuerdo.
Obnubilado con las lesivas muescas.

martes, 17 de abril de 2018

El relato de lo justo


Las turbas aglutinadas en el odio son prestas al linchamiento.
Manea de manos de miseria, de miserables cobardes que cercenan libertades, amparados por la ideología de los baladrones.
Sólo la firmeza y la sinceridad termina imponiendo el relato de lo justo.
La mirada del sincero no cambia nunca el color del asedio.